‘Trolls’ sube del tercer al primer puesto en España

Sorprendente el ascenso de Trolls que sumando algunas pantallas adicionales a las de su estreno (a pasado de 335 a 366) sube un 28% su recaudación en taquilla en su segundo fin de semana y pasa de 1,4 a 1,7 millones. Fox ha apostado por su peli animada de una forma peculiar y le ha salido bien la jugada en una semana sin grandes rivales y con Sully como estreno más destacado entrando al tercer puesto y relegando al anterior nº1, Doctor Strange, al cuarto lugar.

Eastwood siempre ha funcionado bien en España y esta vez no es una excepción. Pese a entrar en tercer lugar con el rodillo de Bayona casi inamovible, lo hace con cifras más que decentes. Su problema pareces ser otro, que siendo siempre un narrador más que digno parece que cada vez se distancia más el director de su chispa, aquella que desde el clasicismo narrativo (esa dirección invisible, donde lo que importa es la historia y muy pocos momentos están diseñados para el lucimiento visual) le ha permitido durante al menos dos décadas regalarnos películas excelentes. Y casi todo viene de la mano de su retirada como actor, que provoca no sólo un distanciamiento físico, sino que parece ir de la mano de otro emocional. Quizás su falta de interés por interpretar vaya más allá de la edad y tenga vínculo con una falta de interés con los personajes que retrata y, por extensión, con las historias que cuenta. Con todo hablamos siempre de alguien que, como otros directores sobresalientes, ha bajado uno o dos peldaños de la excelencia a la eficiencia de quien tiene sobradas tablas para el oficio.

En quinto lugar encontramos la segunda y última novedad del Top 10, 100 metros, la película protagonizada por Dani Rovira y Alexandra Jiménez que retrata la historia real de Ramón Arroyo, un hombre que tras ser diagnosticado de esclerosis múltiple y tras deteriorarse su cuerpo a velocidad de vértigo, consiguió recuperar gran parte de su movilidad a través del deporte. Dirigida por Marcel Barrera, responsable del documental Mon Petit del que ya hablamos en su día, parece que no ha terminado de convencer a la prensa. Más allá de las buenas intenciones y del retrato aparentemente fiel, tal y como han contado los personajes reales en varias entrevistas, para muchos la película parece ser de las que nace con intención claramente lacrimógena telegrafiando cada uno de los momentos más emotivos, subrayando el drama y la épica de un relato de superación. El “si quieres, puedes”, convertido en el eslogan de la globalización, del sueño americano, pero que sólo representa a personas concretas, no a todo el mundo. Seguramente nacida con una clara vocación de honestidad pero, al parecer, influenciada por esa mrwonderfulización de la mirada del siglo XXI, no será caramelo para todos los paladares.

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