Todas las películas de Zack Snyder ordenadas de peor a mejor

Mosaicozack

Con todos los peros que le queramos poner a su cine, pero algo no se le puede negar a Zack Snyder: sus películas son indiscutiblemente suyas. Convertido en máximo representante de la visión de autor dentro del siempre confuso y complejo negocio de los blockbusters -lo que le opone, entre muchas otras características que le definen, al estilo Disney de autores sin mucha personalidad que facturan éxitos aparatosos pero sin demasiada personalidad-, su filmografía tiene tantos momentos de gloria visual como de espantosa vergüenza ajena.

Si se le puede comparar con otro autor del cine actual, sin duda es con Michael Bay. En lo superficial, y aparte de la posición de ambos en la industria -se han ganado cierta fama como facturadores de películas con gigantismo y que funcionan bien en taquilla, pero que no renuncian a un sello estético personal-, ambos son cineastas obsesionados con el valor de la imagen pura, aislada y abstracta como transmisora de sensaciones. Por encima de cualquier otro elemento de sus obras -primordialmente, el guion-, sus películas son avalanchas de imágenes a menudo complejas de describir.

Es decir: intenta contarle a alguien tu secuencia favorita de ‘300’ o ‘Batman V Superman’. Es complicado verbalizarlas en toda su complejidad, en todo su artificio, en el mimo casi obsesivo por cada detalle. Snyder también comparte con Bay cierto ímpetu básico y muy masculino por embutir en su cine con mensajes primarios, universales, a menudo conservadores y de un humanismo -en el caso de Snyder- pesimista y oscuro. Aún tenemos que ver cómo evoluciona el futuro cine de Snyder, pero temáticamente está forjando una de las filmografías más oscuras y desesperanzadas del cine comercial reciente.

Zack Snyder

Si hay un director comparable a Zack Snyder en impacto y estilo es Michael Bay, aunque Snyder cultiva una estética mucho más clásica.

Lo que le distancia de Bay es, pese a la obsesión de ambos con la imagen pura, que la caligrafía visual de Snyder es mucho más clásica. A diferencia del director de ‘Transformers’ (también dotadísimo para plasmar el caos y el movimiento en pantalla, pero de forma más intuitiva), Snyder muestra claramente en pantalla lo que está sucediendo. Esas imágenes que pasan, sin cortes, a visualizarse en cámara lenta, no solo son una rúbrica de autor (que también) o un guiño a las splash-pages de los comics en las que se basa casi todo su cine (que por supuesto), sino un intento de que el espectador no pierda detalle de lo que sucede en pantalla. Y también, a la vez de dar un toque épico a todo lo que se ve.

Porque ese clasicismo visual, que conecta a Snyder más con Christopher Nolan que con Neveldine y Taylor, se refleja también en una seriedad brutal en los enfoques. Puede que Snyder sea un lector compulsivo de cómics, pero de ellos se queda con el simbolismo y las Grandes Ideas más que la acción frenética o las historias intrascendentes. Todo ello suma una personalidad contradictoria y responsable tanto de sus logros como de sus tropiezos.

Hemos ordenado de peor a mejor (como siempre, de forma completamente subjetiva) el cine de Snyder. De sus grandes tropiezos a sus logros indiscutibles. Así es la obra de un autor odiado y admirado a partes iguales, epítome del cine redneck y autor personal dentro del panorama blockbuster.

8 – ‘Ga’Hoole: La leyenda de los Guardianes’ (2010)

Ya olvidada y no muy lucida inmersión de Snyder en el cine de animación, en compañía de Animal Logic, el estudio que acababa de triunfar con ‘Happy Feet’ en los Oscars, de la mano de otro director con nombre propio, George Miller. ‘Ga’Hoole’, sin embargo, es una desganada aventura protagonizada por búhos, que demuestran bien aquí por qué no suelen protagonizar películas, y que en cualquier caso, no consiguen transmitir la épica pretendida por Warner, al embutir tres de los libros originales de Kathryn Lasky en apenas 99 minutos.

El resultado, sin ser un desastre (técnicamente tiene momentos de gran interés), no tiene mayor trascendencia, ni siquiera como película de Snyder: muy lejos de los experimentos de otros directores en la animación, como Wes Anderson, ‘Ga’Hoole’ es -de modo muy poco sorprendente- la menos snyderiana de todas las películas de Snyder. Paradójicamente, su historia de búhos encerrados en una especie de campo de concentración que sueñan con unos héroes que les liberen exhibe uno de sus argumentos más humanistas.

7 – ‘El hombre de acero’ (2013)

Asumámoslo: la película de Snyder de Superman, su entrada como un elefante en una cacharrería en el Universo DC, nunca va a poder sobreponerse a su deprimente clímax, uno en el que muere una cantidad desproporcionada de humanos ante la fría mirada de un Superman completamente alienígena. Se ha hablado mucho de ese discutible final para una película de superhéroes (corrección: para una película de un superhéroe como Superman), pero es que ese desconcierto y ese pesimismo impregna toda la película.

La película menos humama de toda la filmografía de Snyder parece transitar esa vía sin que su director se dé cuenta: el padre alienígena de Kal-El está más preocupado por la raza humana que su hijo o que el padre adoptivo de éste. Las peleas se desarrollan en entornos abstractos, sin gente en peligro. Superman, en fin, quiere salvar la Tierra, de un modo abstracto, cósmico, no le importa la gente. Es el Superman menos Superman de la historia, y sin embargo, de algún modo, el resultado es fascinante.

El problema es que, a diferencia de ese espectacular choque de trenes (a cámara lenta) que es ‘Batman V Superman’, ‘El hombre de acero’ no es demasiado divertida. Los interminables flashbacks, la parte en Krypton (ridícula, pero no lo suficiente) y sobre todo, un trío de batallas borrachas de CGI impersonal, la convierten en un periplo dificultoso. Aún así, la oscuridad del alma de Snyder es digna de estudio: gracias a ella vemos imágenes inusualmente siniestras para un blockbuster (¡¡de Superman!!), y algunos instantes quedan en nuestra memoria para siempre.

6 – ‘Watchmen’ (2009)

Otra de esas películas de Snyder que tras una primera fase de estupor mezclado con una pizquita de ira y desconsuelo (y una pregunta flotando en el aire durante toda la proyección: «¿por qué?»), acaba habitando en nuestra cabeza en ese rincón que reservamos para las producciones inútiles, aparatosas, inservibles y fascinantes. Traicionando de pies a cabeza el espíritu del mítico original impreso de Alan Moore y Dave Gibbons al tiempo que es fiel a su letra, ‘Watchmen’ comete su principal error al dotar de épica y belleza a absolutamente todas sus imágenes.

Como comentamos más adelante a propósito de ‘Batman V Superman’ (el intento de Snyder de entretejer su propio ‘Watchmen’), su idea de los superhéroes como entes legendarios no le permite rebajarlos hasta convertirlos en seres tan desesperanzados como los humanos, tal y como hace Moore. Pero por el camino, y aún equivocándose de lleno, Snyder es capaz de ofrecernos algunas de sus mejores secuencias de acción, un concepto del sexo propio de un chaval de trece años y una guía de estilo impagable sobre cómo hacer que una viñeta se convierta en imagen en movimiento.

Y por encima de todo, nos ofrece una película cuyo principal valor es el de su propia gestación. Después de intentos frustrados durante décadas, donde estuvo implicado Terry Gilliam, el director se quedó con el codiciado encargo y le encasquetó a Warner un tocho de casi tres horas que, pese a sus justitos resultados en taquilla, es todo un logro desde el punto de vista industrial. Así que sí: ‘Watchmen’ tiene problemones, pero un respeto.

5 – ‘Batman v Superman: El amanecer de la justicia’ (2016)

Otro desastre tan colosal como hipnótico y que, aún así, conserva esos ramalazos de genio snyderianos, a medio cocer, delirantes, inhumanos, oscuros, que convierten a esta reaparición de Batman en el Universo DC en una película deficiente, pero fascinante. Y eso yéndonos al director’s cut: el que se estrenó en salas es directamente ininteligible. Pero el definitivo, pese a la elefantiasis propia de la imaginería de Snyder, tiene las cosas claras.

De ese modo, Snyder arroja al espectador todo lo que le caracteriza como autor, pero es inconsistente con las necesidades de una película de superhéroes al uso: Batman y Superman se atizan en unas cuantas secuencias impresionantes, pero se hermanan con el giro de Las Dos Marthas; Lex Luthor está estupendamente encarnado por Jesse Eisenberg, pero luego nos cascan un villano CGI insufrible; la aparición de Wonder Woman es vibrante, pero conoce al resto de la Liga de la Justicia vía Quicktime.

‘Batman v Superman’ está desequilibradísima, escrita a gritos, y aún con todo, Snyder logra deslizar su sello en el film, y plasmar a los superhéroes como mitos legendarios, no como engendros, accidentes, mutaciones o gente corriente. Se le podrán achacar muchas cosas a la película, pero ese mensaje, que es puro Snyder en forma y fondo, llega diáfano al espectador. Si tan solo el pergamino donde tan solemnemente lo ha escrito Snyder no estuviera plagado de faltas de ortografía…

4 – ‘Liga de la Justicia’ (2017)

Un pequeño desastre muy divertido de contemplar, aunque sea como espectáculo perverso: la horrenda fealdad de su clímax y sus efectos especiales, su anticarismático villano o el desequilibrio en el retrato de los héroes. Todo ello, al venir de la mano de Snyder, quizás mediatizado por un Whedon que en vez de normalizarlo transformó el conjunto en un engendro aún más artificial y extraño, da como fruto… bueno, quizás no la película que Warner quería, pero sí una a la que vale la pena asistir.

Sobre todo, porque no está carente de elementos positivos: la visión que da de Superman, alejada de la demencial esfinge de ‘El hombre de acero’; el humor, que Snyder pone en marcha de forma absolutamente antiorgánica pero a veces muy efectiva; su ajustada duración -aquí sí que podemos creer más en la mano de Whedon- y acción incesante, que nos deja con cero desarrollo de personajes, pero casi que mejor…

‘Liga de la Justicia’ es un engendro, pero uno francamente divertido. Hay que intelectualizar los agujeros negros que poseían el alma de ‘Batman V Superman’, pero esto es otra cosa: Warner ha puesto a perseguir al modelo Marvel al director menos marvelita posible. Sin prejuicios que lastren la experiencia, hay que reconocer que es una buena forma de generar hora y media de diversión malvada.

3 – ‘Sucker Punch’ (2011)

Si intentas averiguar (por la vía del raciocinio, se entiende) si ‘Sucker Punch’ es una película que objetiviza a las mujeres con unas cuantas fantasías de derribo que incluyen la glamourización de la prostitución o el hentai para hombres occidentales talluditos, o bien es una historia de empoderamiento y reivindicación del nuevo papel de la mujer en el cine de acción… bueno, es posible que acabes con un fuerte dolor de cabeza. El subtexto de ‘Sucker Punch’ está tan enterrado que cabe pensar que Snyder solo quiso hacer una película cautivadora en lo visual… y lo demás vino de la mano.

Ahora, solo desde el punto de vista estético, ‘Sucker Punch’ es literalmente única: su historia de laberínticos mundos imaginados, su «Alicia en el País de las Maravillas en un revolcadero» está llena de iconos visuales que en conjunto no tienen demasiado sentido, pero que como cromos de un lujoso álbum sin pies ni cabeza, son cautivadores: de la versión de ‘Love is the Drug’ a los toques de giallo, de la Segunda Guerra Mundial steampunk al samurái en la nieve).

En lo narrativo es preferible este autoconsciente desmadre que la gravedad impostada de sus películas DC, pero quien crea que el auténtico Snyder, el pesimista y oscuro, está en ‘El hombre de acero’ o ‘Watchmen’, que acuda al final eliminado de ‘Sucker Punch’, la cosa más desesperanzada que ha hecho este hombre. En cualquier caso, y teniendo en cuenta que la película apareció en todas las listas de lo peor de aquel año, podemos calificarla sin problemas como la película más reivindicable de Zack Snyder.

2 – ‘300’ (2006)

Inspirado por el éxito de ‘Sin City’, la película de Robert Rodríguez que, dejando aparte otras consideraciones (como el interés artístico de una operación semejante; ya hemos hablado de ello con respeto a ‘Watchmen’), triunfó en lo visual al traducir a imágenes la peculiarísima estética del comic de Frank miller, Snyder decidió hacer lo propio con una novela gráfica del mismo autor. El resultado, que narra la histórica Batalla de las Termópilas entre espartanos y persas, dividió a público y crítica en una etapa bien temprana de la carrera de Snyder.

Rodada íntegramente con escenarios digitales y abundancia de trucajes que la convierten básicamente en una película de animación con actores, ‘300’ bebe tanto de las películas de ‘El Señor de los Anillos’ como del ya comentado concepto de Snyder de lo que debe ser una adaptación de un cómic. La diferencia con ‘Watchmen’ es que ‘300’ es pura pornografía (gay) visual y su mensaje es nulo. Como drama histórico, ‘300’ es un dislate; como espectáculo puro, lo cierto es que es incomparable (y muy, muy influyente en el cine de acción posterior). Siempre que te gusten las películas de gladiadores, que no te incomode el ocasional mensaje fascista entre líneas y que toleres bien la cámara lenta.

1 – ‘El amanecer de los muertos’ (2015)

En cierto sentido, apena pensar que la mejor película de Snyder es la primera, cuando aún no había desarrollado todos sus rasgos autorales. Y además, partiendo de un guión ajeno (extraordinario, de James Gunn) y basándose en una película de los setenta (la clásica continuación de ‘La noche de los muertos vivientes’ de George A. Romero, ‘Zombie’). Del mismo modo, es significativo que, aún así, Snyder la haga parcialmente suya.

Así sucede en el increíble tramo inicial de la película, donde la protagonista, una estupenda Sarah Polly, se enfrenta por primera vez a la infección zombi, que tiene la potencia vírica y la furia de los infectados de Danny Boyle. En los planos generales aéreos de la ciudad desnortada por el caos es donde es donde está el Snyder capaz de observar la violencia con frialdad y extraer sus componentes aislados más bellos.

También hay Snyder, entremezclado con la inevitable mala baba de Gunn, en los créditos iniciales y en su deprimente catálogo de personajes insufribles. Y en su transformación del metafórico mall de la película de Romero en un parque de atracciones para matar zombis, más cercano a un comic o a un videojuego que a la simbólica ‘Zombie’ original. Y aún así, Snyder y Gunn consiguen que la mezcla de terror y acción sea enérgica y excitante: porque a veces Snyder es solo fachada, pero solo eso se le da muy bien.

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John Tones

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