Sitges 2018 – Día 1

Por Fernando Polanco.

Muy buenas, chavalada. Un año más, vuelvo a hacer un “cameo” de colaborador en la web para cubrir el festival de Sitges. Como siempre, escribiré una crónica diaria y os daré la chapa con mis opiniones personales. Os recuerdo que todas las reseñas estarán libres de spoilers y que mi principal intención es informaros de lo que va gustando o no para facilitaros la arqueología cinéfila. Empecemos con la jornada inaugural.

SUSPIRIA

Luca Guadagnino (director de la aclamada Call me by your name) revisita el clásico de Darío Argento rodeado de un plantel de primer nivel: Chloë Moretz, Tilda Swinton, Dakota Johnson y una actriz de la película original cuya presencia aún me cuesta justificar. Durante la gala de inauguración, Tilda Swinton recibió el “Gran Premio Honorífico” de la mano de J. A. Bayona y desveló que su padre acababa de morir esa misma mañana pero había decidido recoger el premio en nombre de la fantasía.

Con Suspiria he recibido “la primera en la frente”. Tal cual. Y es que, a pesar de la controversia en los corrillos post-proyección, la sensación general es de decepción y desencanto. “¿De qué ha ido esto?”. La narrativa de Guadagnino en este innecesario remake es la misma que la del gangoso del pueblo explicándote un trabalenguas. Sus soporíferos 152 minutos suponen un “quiero y no puedo” para el espectador que intenta agarrarse a cualquier asidero argumental. A medida que se acerca el final, la confusión y el desinterés acumulados convierten el caramelo estético que plantea Guadagnino con la cámara en una artificioso juego de trileros visual.

Sin embargo, lo que me pareció el colmo fue el abuso que se marca el guión puntualizando el contexto histórico escena sí y escena también: “Ey, estamos en el Berlín dividido por el muro, esto es MÁS que una historia de terror”. Algunos coincidimos en que Guadagnino siente cierto complejo al filmar una cinta de género e intenta sacar pecho tirando de autoría y de trascendentalismo. Vale, Luca, mola que quieras situar una historia de brujas justo en el momento en el que nace la Europa multicultural y feminista, pero puedes ofrecernos algo de empatía por tus personajes y drama por el camino.

Mención especial para el maquillaje de cierto personaje masculino que reconoceréis al instante (a mí me recordó a “Greasy Strangler” pero otros le han comparado con Joaquín Reyes en Muchachada Nui).

CLIMAX

El musical que acaba en bacanal. La premisa es tan sencilla como esto: veinte jóvenes bailarines reunidos en una fiesta en la que alguien echa droga en la sangría. A partir del primer sorbo: bailoteos y desmadre “a tipo fijo”.

Tengo que reconocer que soy un analfabeto del cine de Gaspar Noé. Hasta hoy sólo había visto Irreversible (y no tengo muy buenos recuerdos de ella). Sin embargo, lo que he flipado delante de la pantalla del Auditori hoy no está escrito.

Para que os hagáis una idea rápida: imaginad El discreto encanto de la burguesía de Buñuel pasado por un bañito de LSD en un after de Puerto Hurraco. Y no exagero, la locura a la que llegan los personajes en el tercer acto de esta película supone una vacilada histórica para la carrera de Silvia Charro o el mismísimo Dj Pastis.

Precisamente ahora que se está hablando mucho de las “películas experiencia”, ésta sería un claro ejemplo. Tanto, que las puertas de emergencias se han abierto varias veces para dejar escapar a la gente. Espero que “Clímax” no deje resaca…

AU POSTE!

Quentin Dupieux es esa persona que pasará a la Historia por haber hecho Rubber, una película (brillante) sobre un neumático asesino. En su nueva producción vuelve a tocar el humor absurdo, el gustoso deporte del “mindblowing” y el metacine, señas que le destacan como un autor fresco, original e inimitable.

Después de Réalité y Wrong Cops, Dupieux nos trae una producción más comedida (casi toda la acción transcurre en una comisaría) y nos regala personajes que abanderan un “sudapollismo” chanante y varios momentos que nos han hecho llorar de risa. Me atrevo a decir que hay pocas voces tan únicas no sólo en la comedia sino en el cine mundial como las de este tipo. Gracias, Mr. Oizo.

ELIZABETH HARVEST

La curiosidad mató al gato y le complicó un poco la vida a Elizabeth Harvest. O eso pensábamos todos viendo el tono de misterio del tráiler… pero no. La principal incógnita se resuelve rápido y te das cuenta de que te han vendido gato por liebre.

Aún así, Elizabeth Harvest es un disfrutable (y predecible) relato pulp sin complejos que podría haber sido perfectamente una grapa de los cómics Creepy. Ciencia ficción inocentona, con diálogos pomposos propios de una serie B con el ego pinchado de Wistron y un tufillo a tv-movie que no se le despega ni con la interesante propuesta estética de su director Sebastián Gutiérrez.

Os recuerdo que os leo en comentarios y que podéis seguir en directo todo lo que ocurre en el festival a través de mi cuenta de Twitter. ¡Abracetes!

Powered by WPeMatico