[Reseñas] Liga de la Justicia: La Guerra de Darkseid – Nuevos dioses

Regresamos al Nuevo Universo DC, más o menos un año atrás, para echarle un vistazo a la publicación de «Liga de la Justicia: La Guerra de Darkseid – Nuevos dioses», que recopila la curiosa conclusión de la Guerra de Darkseid contra el Anti-Monitor y las consecuencias que tuvo para sus protagonistas, los miembros de la Liga de la Justicia, ahora convertidos en dioses. Batman, Superman, Flash, Shazam, Green Lantern y Lex Luthor se han convertido en los nuevos dioses del conocimiento, del acero, de la muerte, dios de dioses, de la luz y de Apokolips, cambiando radicalmente sus papeles en el mundo y en algún caso su punto de vista respecto a todo.

Un tomo que, con seis especiales dedicados de forma individual a cada uno de los personajes mencionados, complementa lo que ocurre en las páginas de la colección principal «Liga de la Justicia» y, sin llegar a ser algo imprescindible, sí que aporta suficiente luz como para que los que quieren saber más sobre lo que le ocurrió a los héroes tras el choque de titanes y cómo son capaces de gestionar sus recién adquiridos poderes omnipotentes.

La idea, no exenta de polémica por lo radical que puede parecer darle poderes de dios a personajes que habitualmente usan poco más que su intelecto para resolver conflictos, aprovecha varios temas interesantes y los convierte en un punto de partida con el que se plantean nuevas dudas para el futuro mientras cada uno de los personajes usa los poderes de la forma que considera más adecuada o según le permita su nueva condición: Batman captura criminales antes de que cometan delitos, Superman se ha convertido en un ser oscuro sin moral o consciencia, Flash se fusiona con el Corredor Negro y la muerte quiere un tributo, y así podríamos seguir con los demás.

Como decimos, una apuesta controvertida que supo ganarse a sus fans por su originalidad, por probar cosas diferentes y por recorrer un camino inexplorado pese a que todos sabíamos que algo así no duraría mucho y que los personajes acabarían volviendo a ser lo que eran.

Lo bueno de este tomo es que es un complemento para la colección principal que es perfectamente consciente de lo que es y sabe cómo jugar con esas cartas, aprovechando muy bien el contexto de la situación y planteando desafíos que de otra forma no se podrían tocar ni siquiera tangencialmente. Lo malo es que depende totalmente de la colección principal y que disfrutar de él en solitario, sin haber leído dicha colección, es complicado. Con algo de base puede hacerse, pero es una obra que sirve para complementar y no para abrir camino a nada. Así que tened eso en cuenta si alguna vez os planteáis darle una oportunidad.

Para darle forma a cada una de las historias tenemos a varios equipos de autores que han hecho lo que han querido con los personajes, ofreciendo relatos interesantes capaces de hacernos pensar y filosofar sobre cuestiones teológicas, morales y de trascendencia varia, mostrando que los límites en los cómics solo existen en la imaginación de aquellos que les dan forma. Las pretensiones de lo que se busca contar son altas y cuando algo así se hace es fácil desviarse y convertir una premisa interesante en algo desarrollado de forma vaga, algo que afortunadamente no termina ocurriendo aquí. Al menos no en la mayoría de las historias.

Incluso habiendo pasado más de un año desde su publicación en España de la mano de ECC Ediciones, que una vez más hicieron un gran trabajo y han recopilado todos los especiales juntos para poder echarles un ojo a todos a la vez, no vamos a destripar muchos más detalles de la trama. Todas las historias parten desde el mismo punto de vista y quedan abiertas para concluir en «Justice League» #49.

Lo dicho, un curioso acercamiento a la Liga de la Justicia, completamente cambiada por lo sucedido durante la guerra entre Darkseid y el Anti-Monitor, que complementa los números del arco principal y que brindan al lector una oportunidad única de ver a los personajes convertidos en dioses todopoderosos de forma justificada. Como decimos, no es imprescindible pero sí una lectura muy entretenida con varias ideas interesantes.