[Reseñas] JLA: La nueva frontera

Entre las grandes obras de la Liga de la Justicia de América de las últimas décadas han pasado títulos ilustres conocidos por todos y unos cuantos autores ídem. El fallecido Darwyn Cooke, al que le hicimos un particular homenaje echando un vistazo a su «Superman: Kryptonita», pertenece a ese selecto grupo de autores que ha dejado su sello personal en el supergrupo más popular de DC y ha ofrecido a los lectores una historia memorable desde un prisma completamente diferente. Al menos desde un punto de vista moderno, aunque sin olvidarse de la ambición de un gran proyecto y del respeto por unos héroes con décadas de historia.

«JLA: La nueva frontera» nos lleva a la década de 1950 en un momento en el que la Segunda Guerra Mundial ha terminado hace poco y los héroes no están demasiado bien vistos por lo sucedido en tan oscuro capítulo de la humanidad. Pero una nueva amenaza aparece en el horizonte y es el momento de que una nueva generación de héroes se alce y recoja el testigo de la generación dorada.

Con esta miniserie, Cooke planteó cómo se imaginaba él la transición entre la Edad de Oro y la Edad de Plata de los superhéroes de DC. Las luces y las sombras de una época en la que los habitantes del mundo necesitaban más que nunca a sus héroes pese a no ser conscientes de ello. Un desfile histórico por las filas de héroes de varias generaciones de DC así como de personajes y personalidades reales que marcaron esa época para contextualizar algo mejor la obra y darle algo más de realismo a la ficción.

Lectura imprescindible del género por su profundidad y por su vuelta a la inocencia y la pureza de los héroes cuando todo el mundo se empeñaba en hacerlos oscuros y violentos, que ha marcado un camino a seguir y se ha desligado de todo lo establecido, reconstruyendo personajes que se habían perdido en deconstrucciones propias y devolviendo al género parte de su brillo olvidado. La nueva frontera es inspiradora, idealista y repleta de esperanza que casa a la perfección con el mundo imperfecto en el que ellos deben brillar y ser el ejemplo admirado por todos.

La historia se plantea como una especie de orígenes de la Liga de la Justicia de América. Héroes como Superman, Wonder Woman y Batman están establecidos y son testigos de todo lo ocurrido en los últimos años, optando los dos primeros por cumplir con su cometido más patriótico y servir al país que los ha acogido. La clandestinidad es una opción viable para los otros que quieren seguir sus actividades y el resto opta por abandonar la doble vida y dedicarse a algo más mundano. La nueva amenaza que se acerca hará que los héroes, esta nueva generación que ha visto como sus predecesores han tenido que dejar a un lado sus actividades, tengan que dar un paso al frente y unirse a otros a los que nos irán presentando durante el pasar de las páginas para formar un equipo capaz de salvar una vez más al mundo.

El trabajo de Cooke para desarrollar una historia consistente y enmarcarla en un contexto de hace varias décadas es loable. Todo funciona a la perfección y casi parece que se escribió entonces. La transición entre la edad dorada y la plateada es natural y pese a lo densa que puede resultar la lectura de la historia (hay mucho texto en la mayoría de las páginas para asentar el contexto y cada planteamiento) es un cómic que se deja leer y que devuelve el idealismo a los héroes. Cooke se aprovecha además del contexto histórico (miedo al progreso y una brutal censura en los cómics) para llevarlo un paso más allá y darle un giro adecuado con el que convertirlo en el eje de su trama, aunque maquillado para que tenga sentido.

Así nos encontramos con una obra atemporal, que seguirá funcionando igual de bien dentro de varias décadas y que ha sabido encontrar su lugar entre los grandes del género ofreciendo algo mucho más clásico sin que ello suponga caer en errores inocentes. Es un cómic bien escrito, que sabe dónde quiere ir y cómo quiere hacerlo, y que pretende convertirse en el puente perfecto entre generaciones aprovechando con sumo acierto el marco histórico en el que ocurre. Y no solo eso, sino que el apartado artístico cumple con creces y permite que Cooke, que también dibuja el cómic, se luzca con un estilo muy personal que aporta el brillo necesario que quiere darle a la obra. Cooke hizo sus pinitos en series de animación y eso se ve trasladado a sus cómics, aunando el dinamismo del formato televisivo con lo que uno espera encontrarse en un buen cómic, dándole así un toque único a una obra que destaca por numerosas virtudes.

En ECC son conscientes de la trascendencia de «JLA: La nueva frontera» y por eso han optado por publicar esta edición con los seis números de la miniserie y el especial «Justice League: The New Frontier Special» en un formato repleto de extras con una encuadernación muy cuidada. Es imprescindible para los fans de Cooke y para cualquier fan del género de los superhéroes, un sentido homenaje al autor y a su obra en la que se devuelve el brillo y la luz a las máscaras y las capas sin perder ni la seriedad ni las ganas de contar una buena historia.

Si no lo habéis hecho ya, echadle un ojo. Y si el precio os tira para atrás, dadle una oportunidad a través de la adaptación animada que DC Entertaiment realizó hace unos años. No es una adaptación literal pero sí que capta la esencia de la obra a la perfección, así que os puede servir para haceros una idea de lo que os vais a encontrar entre sus páginas.