Impresiones de un traidor: recuperemos las tertulias
Impresiones de un traidor: recuperemos las tertulias
El viernes pasado se estrenó Coco, y aunque había ido a verla en el pase de prensa quise repetir ya que me encantó. Y a la salida de este segundo visionado pasé por mi tienda a buscar las novedades de las series que sigo en grapa.
El local es Fénix Cómics. Un pequeño rincón de Barcelona que tiene cierto toque de las librerías especializadas de antes, pero sin la parte de estar en penumbras y parecer un garito de mala muerte. Salvo eso, todo es muy familiar. Un librero que ama su trabajo y los cómics, los materiales que salen cada mes, tomos de diferentes editoriales, algo de merchandising y la habitual invasión de ese horror que son los Pop de Funko (que jamás entenderé que la gente coleccione).
Allí estaba fisgando cromos de Marvel (los de Panini) y dando un vistazo, cuando sin querer me di cuenta de que además estaba charlando con otros dos de los visitantes. Una conversación amena, tranquila y amigable entre gente que no se conocía. Fue algo que surgió sin más, simplemente por estar allí.
¿El tema? De todo un poco. Mucho sobre las películas de Liga de la Justicia y Thor: Raganarok, otras adaptaciones que se han hecho en los últimos años, el precio de los tomos y la locura que es a veces sacar el mismo material en tapa blanda y en dura con un claro aumento del precio, editoriales que ya no existen, recuerdos del pasado (que algunos empezamos ya hace mucho)…
En fin, una tertulia en toda regla en la que solo faltaban un par de cafés para que fuera perfecta.
Y esto me hizo darme cuenta que hacía mucho que no estaba en una, no en una tienda de cómics al menos.
No sé a qué se debe, quizá al crecimiento de tiendas que hace que el fandom se disperse o puede que a la aparición de tiendas más chulas pero también más impersonales como Gigamesh o Norma. Puede que sea que cada vez haya más títulos y nos sintamos apabullados, o que durante un tiempo (en parte culpa de la forma de usar las redes sociales) los puntos de vista se hayan extremado y hace que las charlas sean complejas.
A saber, pero lo único cierto es que las tertulias en las tiendas molan, con el librero, otros parroquianos, visitantes casuales, lectores en el caso de ser sesiones de firmas…
Hay que recuperar esto, no dejemos que se pierda.
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