Fallece Muhammad Ali

Muhammad Ali, el que ha sido considerado el mejor boxeador de la historia, ha fallecido esta noche a los 74 años de edad en un hospital de Phoenix (Arizona) tras ser ingresado por problemas respiratorios.

Que le dediquemos aquí un espacio se debe a que Ali es, casi con total seguridad, la figura deportiva que más a trascendido su propia disciplina en toda la historia. Nacido con el nombre Cassius Marcelus Clay Jr. en Louisville (Kentucky) se inició en el boxeo en su adolescencia para pronto convertirse en una importante promesa que acabaría participando y ganando la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960 en la categoría de peso semipesado. A partir de ese momento, entre su precocidad, su talento, una velocidad poco habitual en su categoría y, sobre todo, su descarado estilo en el ring, se iría configurando la leyenda de un deportista que no tardaría en convertirse en un grano en el culo para su propio país a la vez que se erigía como líder mediático de la defensa de los derechos civiles.

Su acercamiento a Malcolm X, de quien sería buen amigo, su conversión al islam, momento en que pasó a llamarse Muhammad Ali, y su negativa a ir a la Guerra de Viet Nam, serían los tres elementos clave que acabarían por convertirle en el héroe mediático en el que muchos afroamericanos se veían reflejados a la vez que se enemistaba con su propio gobierno y el ala más conservadora del país. Fue su fuerte convicción política, al no ir a Viet Nam, lo que incluso le costó la inhabilitación durante 3 años en el mejor momento de su carrera. Pero su ya contrastadísimo talento, sus títulos y su extraordinaria habilidad para atraer la atención mediática y provocar a sus detractores acabaría por hacer ceder la balanza a su favor.

Seguramente los dos momentos más relevantes de su carrera deportiva fueron la obtención de su primer título de campeón mundial de los pesos pesados ante Sonny Liston, cuando apenas tenía 22 años, y su reconquista del título en Kinsasa (Zaire, actual República Democrática del Congo), frente a George Foreman, en medio de un revuelo mediático nunca visto con anterioridad. Un combate que tuvo todos los ingredientes para convertirse en el más épico que se recuerda hasta la fecha ya que Ali tuvo que salir de su propio país para poder disputar el título mundial frente al que era la bestia parda del momento, un jovencísimo George Foreman que había aplastado a su Joe Frazier, el rival más directo de Ali por entonces, en apenas dos asaltos, despojándole del título de campeón de forma humillante. El propio desarrollo del combate por parte de Ali fue un acto de pura vehemencia e inteligencia ante un boxeador que le superaba en casi todos los aspectos pero al que conseguiría vencer en el octavo asalto. Aquel combate, promocionado como ‘Rumble in the Jungle’, fue el primero retransmitido a nivel mundial y se considera uno de los primeros hitos de las retransmisiones deportivas.

Ali acabaría retirándose en 1981 con un balance de 56 victorias y 5 derrotas. 3 años después sería diagnosticado de la enfermedad de Parkinson, visibilizando el que hasta entonces era un problema poco conocido popularmente, y convirtiéndose en el principal abanderado contra su lucha. Esta enfermedad le fue recluyendo poco a poco aunque no le impidió implicarse en numerosas causas sociales e incluso en eventos tan insólitos como una liberación de rehenes en Irak, en 1990. Naciones Unidas acabaría reconociéndole como mensajero de la paz.

En lo relativo al cine, Ali ha sido auténtico material de oro. Hay dos grandes películas sobre él. La primera es When We Were Kings, documental ganador del Oscar en 1997, que se centra precisamente en el mítico combate contra Foreman, y Ali, el biopic de Michael Mann protagonizado por Will Smith que, sin ser un película redonda, consigue retratar con mucha precisión la figura del personaje, sus contradicciones y ese reflejo mediático más grande que él mismo.

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