Entrevista a Cristóbal Garrido y Adolfo Valor

Hoy se estrena en nuestras salas Cuerpo de Élite, comedia de acción sobre una operación secreta de alto riesgo que debe ser ejecutada por lo mejor de lo mejor de los cuerpos de seguridad del estado: Una guardia civil, un agente de movilidad, un ertzaina, un legionario y un mosso d’escuadra.

La película nace de un encargo a sus dos guionistas, Cristobal Garrido y Adolfo Valor, cuando Promoción Fantasma aún no había llegado a las salas. Desde entonces han pasado cuatro años, muchas series de televisión (Con pelos en la lengua, Velvet, Refugiados, Seis hermanas, Bajo Sospecha…) y la adaptación al cine de El club de los incomprendidos, mano a mano con Ramón Campos y Gema R. Neira.

Hoy hablamos con ellos sobre este último trabajo, el humor y el oficio de guionista.

¿Cómo surge la idea de Cuerpo de Élite? ¿Es, de algún modo, una continuación del humor más costumbrista y regional que ha triunfado estos últimos años?

CG: Los productores nos pidieron una historia con dos pautas fundamentales. Por un lado el conflicto autonómico y por otro comedia de acción. Con esas dos premisas, creamos la idea principal de Cuerpo de Élite y sus personajes. Esto fue unos meses antes de estrenarse Promoción Fantasma. Es decir que aún quedaban más de dos años para que se estrenaran Ocho apellidos vascos.

AV: El éxito de Ocho apellidos nos ayuda a todos desde el punto de vista “industrial”. Se hacen más comedias de todo tipo, más películas de todo tipo, hay más trabajo gracias a ella: para cómicos, guionistas, directores… Pero luego cada peli debe funcionar por sí misma, se debe a la historia que quiere contar.

En Promoción Fantasma había una fusión de comedia de instituto, típicamente americana pero reformulada en clave española, con género fantástico. Ahora hacéis algo similar con el cine de acción. ¿Cuál es el principal reto al aunar referentes y géneros tan dispares?

CG: El mayor reto es hacer es que funcione la peli en los muchos terrenos que pisa. En el caso de Promoción Fantasma teníamos que hacer una comedia solvente, con un universo fantasmal creíble al mismo tiempo que le dábamos la vuelta a la típica historia de “profesor que va a contracorriente de lo que se espera de él en su nuevo puesto de trabajo y que se tiene que ganar el respeto de sus alumnos conflictivos”. En el caso de Cuerpo de Élite, no solo teníamos la misión de crear unos personajes cachondos que al mismo tiempo se llevaran a matar entre sí, es que además nos enfrentábamos a gadgets locos a lo James Bond con secuencias de acción y todo ello alejándonos del universo mortadeliano e intentando ser lo más sofisticados posible.

AV: Mezclar géneros es divertido. Hemos tenido la suerte de hacer pelis que no se suelen hacer aquí.

Sin destripar mucho, dentro del género de acción, ¿que tipo de películas habéis tenido presentes y que lugares comunes habéis querido derivar a una perspectiva cómica?

AV: Los referentes tampoco fueron muchos por un problema de escala. Cuando empezamos soñábamos con hacer una de esas comedias grandes y ruidosas tipo 1941 y Tropic Thunder. Luego comprendes que por producción es imposible. Al final, Sacha Baron Cohen o Edgard Wright volvían de forma casi subliminal. Pero hemos ido bastante por libre. Eso no quita para que trufemos de guiños a pelis que nos encantan: de La escopeta nacional a los Blues Brothers, pasando por Sam Fuller.

CG: Creo que la única manera de salir indemne de estos retos es planteando la película en origen como si fuera una peli de acción de verdad. Y si para eso tenemos que recoger todos los lugares comunes del género los cogemos sin ningún pudor. Una vez que la historia funciona, empezamos a darle la vuelta a esos tópicos para apuntalar la comedia. ¿El típico personaje veterano de Vietnam atormentado? Cojonudo. Ponemos a Silvia Abril a interpretarlo. ¿La típica secuencia de interrogatorio a un sospechoso duro de pelar? Que intenten sacarle información a un gallego. A ver quién tiene huevos. Y así con todo.

AV: ¿Cuántas veces puedes hacer una peli de agentes especiales en España? No muchas. Pues lo hemos aprovechado y hemos metido todas las cosas que nos gustan del género para que a los que vengan después no les quede nada que sacar, practicamos una política de tierra quemada.

¿Cómo fue la conformación de los distintos miembros del equipo?

CG: Pues tiramos de las imágenes más icónicas y reconocibles que nos ofrecen nuestros queridos Cuerpos y Fuerzas del Estado. Tener a un guardia civil, un mosso, un ertzaina, un legionario y un agente de movilidad era casi obligado. A partir de ahí empezamos a construir personalidades que encajaran dentro del “cliché” autonómico y que al mismo tiempo hicieran al Cuerpo de Élite lo más heterogéneo posible.

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Adolfo Valor y Cristóbal Garrido en el set del avión de la película, el mismo utilizado en ‘Los amantes pasajeros’.

¿Cómo trabajáis las dinámicas de grupo y el distinto peso de los personajes en películas como ésta, que son más corales?

CG: Mira, adoro las comedias corales, son un reto maravilloso y si mañana me ofrecen una que mole diré mil veces sí, pero me agotan sobremanera. Desde estos píxeles que me brinda Las Horas Perdidas, quiero gritar al mundo que no todos los personajes han de tener un arco, ni un viaje del héroe. Ejecutivos, productores… Dejad de leer manuales de guión. Hay personajes que pueden ser solo graciosos y así no tendremos que necesitar setenta clímax finales para cerrar setentas tramas.

AV: Esto lo dice ahora, pero sueña con hacer un Love Actually.

CG: Es verdad, pero esos iban cada uno por su lado.

En esta película trabajáis con un director, Joaquín Mazón, que debuta en cine pero que tiene un largo recorrido en comedias televisivas y como ayudante de dirección. ¿Cómo ha sido vuestro trabajo con él?

CG: ¿Sabes esto que dice todo el mundo cuando están de promoción de “ha sido un placer trabajar con el director”? Pues en nuestro caso es 100% real. Mazón tiene un talento acojonante. Sabe leer guiones de comedia. Sabe tratar con los actores. Y es capaz de resolver con los planes más ajustados (dos semanas más de rodaje para este hombre, por favor). Y encima es buen tío y nos invita a bañarnos en su pisci de vez en cuando. Yo no le pido más a la vida.

AV: Tiene una formación dramática importante, vive rodeado de actores, pero a la vez es un nerd de la comedia que sabe todo del SNL. Así que afronta el humor desde “la verdad” que a mí antes me sonaba a coñazo pero cada vez estoy más convencido de que es la forma correcta de hacerlo.

¿Ha habido alguna reescritura a partir de la incorporación del reparto o el posible margen de alteraciones sobre el texto ha sido ya cosa entre director y actores?

CG: El texto en rodaje se ha tocado muy muy poco más allá de algunas coñas muy divertidas. Cuando el equipo es profesional sabe que un guión es una cosa a la que se ha dedicado años de trabajo, que es fruto de consenso entre guionistas, productores, ejecutivos de tele… y que el que se caga en eso sufre el riesgo de recibir una maldición gitana por la que no volverá a trabajar jamás en esto.

AV: Cuerpo de élite tiene a un dream team del humor. El reparto lo integran las personas más graciosas de España. Por supuesto que han mejorado el guión. ¿Significa eso que vamos a compartir derechos de autor con ellos? No.

La película toca muchos temas espinosos en la actualidad, desde la política cutre a los nacionalismos, pasando por el machismo y acoso laboral. ¿Hasta qué punto el exceso de celo con esos temas os ha podido condicionar? ¿Creéis que la comedia tiene hoy más limitaciones que antes o que, por el contrario, siempre hay esa clase de problemas y simplemente varían con la época y el contexto social?

CG: Creo que vivimos un momento muy jodido para el humor. Bueno, para el humor y para TODO. Cualquier cosa es susceptible de sufrir un linchamiento twittero y por extensión alimentar noticias en diarios digitales para conseguir clics fáciles con polémicas chorras. Aún no se ha estrenado la peli y en las redes sociales ya podemos leer alguna crítica porque nos reímos de algo tan serio como nuestros cuerpos de seguridad y al mismo tiempo que la película quiere vender una imagen agradable de los “cuerpos de represión del Estado Español”. Hay gente que escribe ofendida porque un tío toque una teta a una tía. Lo que no dicen es que el tipo es un gañán y ella le rompe la mano en cuestión de segundos. Por cierto, media hora después es una tía la que le mete mano a un tío. Así que hagas lo que hagas, siempre vas a tener a alguien que se pueda ofender y más en esta peli que damos a diestro y siniestro sin pudor. Contamos con eso.

AV: El debate de los límites del humor me cansa mucho. Con mis amigos me paso el día hablando de qué cosas nos hacen gracia y qué no, cómo mejorar tal chiste y cuál es el último especial de stand up que hemos visto. Nunca hablamos de qué va a ofender a quién.

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“¡¡¡Mi amada bandera!!!”

Siguiendo un poco en este tema, personalmente tengo la sensación de que a veces, comedias tremendamente incorrectas como las de Sacha Baron Cohen o las de los Farrelly en su día, resultan más directas a la hora de denunciar determinadas realidades a la vez que se apoyan en ellas para hacer comedia. Siempre a riesgo de ofender bastante. ¿Hasta qué punto la comedia debe ser sensible a la realidad y tener tacto con según qué temas? ¿Son la comedia y la ofensa, hasta cierto punto indivisibles?

CG: Si hablas de algo tan complejo como España, es inevitable que de alguna manera haya un punto de vista crítico. Pero una misma trama, un mismo chiste, luego puede ser interpretado por el público desde diferentes ángulos y sensibilidades. Joder, si ni siquiera Adolfo y yo pensamos lo mismo de muchos temas peliagudos. Para mí lo más importante es que la gente se lo pase en grande en la sala de cine y después que cada uno saque la lectura que crea conveniente de lo que ha visto. En cualquier caso y a pesar de todo… qué coño. Qué afortunados somos de poder hacer un cine no anodino que habla de nosotros y que genera controversia.

AV: Que esta película pudiese llegar a generar controversia sería una señal de que hemos llegado al Fin de la Historia. Mis disculpas a todos los fans de Fukuyama que se sientan ofendidos. No, ahora en serio, la peli es lo más polémico que hay en España desde los padres que querían llamar a su hijo Lobo.

¿Qué tema habéis soñado tratar y no habéis podido o querido abordar por ahora?

CG: Yo películas con menos de seis protagonistas. Jajaja.

AV: Si tuviera que escribir pelis sobre los temas que sueño me encerrarían en una institución mental, Cris lo sabe.

En cuanto a vuestra dinámica de trabajo, ésta es la tercera película que hacéis juntos y la segunda que parte de una idea original. ¿Cómo es vuestra forma de trabajar y cómo la compagináis con vuestros otros proyectos en televisión?

CG: Antes de escribir, hablamos mucho de la peli. Le damos vueltas a los personajes. Les cambiamos de sexo, edad, profesión si eso nos aporta algo nuevo y fresco. Cuando los personajes están clarísimos y vemos un potencial cómico en ellos, escribimos una escaleta, la troceamos y empezamos a dialogar. Una vez que tenemos la primera versión ya empezamos a reescribir todo. Lo nuestro, lo del otro, una y otra vez hasta que conseguimos una versión enseñable.

AV: Llevamos tanto trabajando juntos que no supone problema compaginar. Hay rachas de entregas más locas, pero al final los guionistas tenemos un punto vago y trabajar bajo presión es bueno, te ayuda a encontrar soluciones sí o sí.

¿De qué manera abordáis un proyecto en función de si es una idea propia o un encargo, y cómo aplicáis vuestra propia cultura audiovisual y vuestros gustos como espectadores?

CG: Creo que es importante saber dónde y con quién trabajas. No en todos los proyectos puedes llevarte la historia a tu rollo. Como guionista hay que saber ser flexible y adaptarte a tonos y referentes que en principio no son los tuyos, pero con los que, si juegas bien tus cartas, puedes disfrutar igualmente.

AV: Somos muy aplicados. Si es un proyecto nuestro lo peleamos con uñas y dientes. Y si es un encargo intentamos hacerlo nuestro.

¿Qué diferencias principales existen entre escribir para cine y para televisión?

CG: Lo obvio es decir que son ritmos, géneros e incluso deportes diferentes. Tanto en Promoción Fantasma, como en Cuerpo de Élite y las series que hemos hecho con Bambú Producciones, hemos tenido la gran suerte de currar con productores que sienten una gran pasión y respeto por su curro. Eso ya es un gran paso para el guionista, porque sabes que cualquier cosa que escribas va a lucir como el mejor de los productos. Y eso es un gran reto.

Habiendo trabajado en ambos campos, ¿creéis que están en distintos puntos profesionales y creativos la tele y el cine hoy día?

CG: Nos encontramos en un momento en el que la producción de cine está en gran parte controlada por las teles. Se está trasladando la “fórmula del éxito” de nuestras series a nuestro cine. Y parece que funciona. Mucha gente cree que eso es lo peor que le ha pasado al cine español desde la gala de los Goya de Antonia San Juan, pero bajo mi punto de vista creo que lo que se está generando es un pequeña industria de las de verdad. Que pelis como Ocho apellidos vascos o Palmeras en la nieve sean semejantes taquillazos es porque están sabiendo conciliar al cine español con un público que en realidad tiene menos prejuicios de los que creemos. Salvando las distancias, las teles empiezan a producir pelis de la misma manera que en Hollywood funcionan los grandes estudios. Pero claro, nada de esto tiene sentido si esos “grandes estudios” no crean sus “pequeños estudios” con los que apostar por cine más arriesgado, por miradas más personales. ¿Podría el Almodóvar de los 80 iniciar su carrera ahora? Necesitamos grandes éxitos de taquilla, pero también ver a españoles agarrando Oscars como antaño.

AV: ¿A que debería presentarse a Presidente?

CG: Joder, sí. La figura de consenso que necesita este país.

¿Se puede ser guionista y vivir de ello con cierta tranquilidad?

CG: Adolfo me tiene prohibido llorar cuando nos preguntan esto. Así que le cedo la respuesta.

AV: Yo no he vivido con tranquilidad en mi vida. Siempre pienso que me van a atropellar o voy a sufrir una embolia. Lo que por otro lado, te curte para ser guionista en España.

Ambos sois socios de ALMA, sindicato que representa a guionistas, y Cristobal es además miembro de la Junta Directiva. ¿Qué grandes diferencias existen entre un sindicato profesional en España y los sindicatos norteamericanos? ¿Qué objetivos tiene el sindicato a medio y largo plazo?

CG: La grandísima diferencia es que si quieres currar en USA fuera de un circuito reducido y clandestino tienes que estar afiliado a su sindicato. Por ley. Por cojones. Esa imposición consigue que el Sindicato represente a todos y cada uno de los profesionales de la industria. Es decir, tienen una fuerza brutal para negociar y protegerse los unos a los otros. Cuando trajimos para una masterclass a Greg Daniels nos contó que “crear un sindicato de guionistas es como manejar un rebaño de gatos”. Por suerte, los compañeros están abriendo los ojos y dándose cuenta de que lo que no resolvamos nosotros mismos no nos lo va a resolver nadie. En muy poco tiempo, ALMA ha crecido de una manera brutal. Estamos casi en 400 afiliados y entre ellos están la gran mayoría de guionistas punteros de programas, cine y series.

Los objetivos más inmediatos son seguir creciendo atrayendo al mayor número de compañeros posible. Entre ellos a los colegas de programas que es una gran deuda histórica del sindicato. Eso y una cosa bastante clave: dar guerra para conseguir la EXCEPCIÓN CULTURAL como tienen en muchos países europeos y no se acaba el mundo ni las productoras se hunden. Con la excepción cultural, entre otras cosas, podremos conseguir que no nos traten a los autónomos como empresas y podamos tener unos mínimos salariales. Es decir, que esto no sea la selva.

AV: ¿A que debería presentarse a Presidente?

Para finalizar y volviendo a vosotros, dos dudas sobre vuestro futuro ¿hay ya algún nuevo proyecto en mente del que podáis contar algo? ¿y qué sabéis del posible remake de Promoción Fantasma, cuyos derechos adquirió Will Smith en su día?

CG: Por las noticias que nos llegan, el remake sigue vivito y coleando. Siguen trabajando en la adaptación con el típico baile de guionistas al que suelen someter sus proyectos en USA. A nosotros nos costó seis años ver la peli hecha, los yanquis van a la misma velocidad.

AV: Tenemos un proyecto más adelantado y varios que están más verdes. Estamos ilusionados. Y soñamos con algún día estrenar con menos años de separación que Victor Erice.

¡Muchas gracias y suerte con el estreno!

CG: ¡Gracias a ti, Javi!

AV: Gracias siempre a Horas Perdidas. No veo el momento de leer los comentarios a esta entrevista. Seguro que serán instructivos.

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