‘El nuevo Lobo Solitario y su Cachorro 2’, el final del camino antiguo y el inicio del nuevo
‘El nuevo Lobo Solitario y su Cachorro 2’, el final del camino antiguo y el inicio del nuevo
La vida pasa por ciclos, fases, o simplemente épocas, cada una tiene su importancia y sus necesidades, para Daigoro el viaje con su padre, el final del viaje para su padre, ha acabado, y tiene que tomar un nuevo sendero. Para Toggo Shigetaka su entrenamiento comenzó su nueva vida, pero hay que romper con la vieja antes de tomarla completamente. El nuevo Lobo Solitario y su Cachorro prosiguen su viaje de aprendizaje, madurez, y conocimiento del sendero del Diablo.
En el camino las dificultades obligan a cambiar, a descubrir nuevos modos y ganar nuevas fuerzas. Así, el Lobo solitario y su cachorro tienen que hacerlo, su unión ha cambiado la vida de ambos. Aunque Daigoro tenga padre de nuevo, le acosan los sueños sobre su “papa”, tiene que superarlo, sin olvidarle. Toggo se ha convertido en el mentor de un niño que ha crecido rodeado de violencia, con una mirada que solo poseen los grandes guerreros tras batallas y masacres. Ambos deben emprender un camino nuevo, ya no recorren la vida solos, tienen una nueva senda, y aprender como caminarla es un proceso duro.
Pero los hombres no permiten que el tiempo pase en vano, y la conspiración continúa. Cada vez más persiguen que el mensaje sea entregado, que la trampa sea tendida, pero la duda plaga sus insidiosas mentes. Porque el malvado no puede creer en la rectitud del hombre, y más si sabe que avanza engañado, y aun más si ha sido él quien lo ha engañado. Nuevos enemigos aparecerán para probar el poder y la habilidad de los dos lobos, y los enfrentamientos serán sangrientos.
Nuevamente nos encontramos con la narración clásica de Koike, con la dilatación de las acciones y la expansión de la historia, buscando los detalles y los gestos, porque la historia es simple como el bushido, pero complicada como el sendero del Diablo y Hideki Mori tiene el dificultoso trabajo de seguir el ritmo del veterano escritor, y lo hace con soltura, ganando agilidad y acostumbrándose al ritmo pausado de la trama, y a la acelerada y dinámica acción que puebla sus paginas. Goseki Kojima tiene un digno sucesor en el joven artista. Entre ambos el lector se sumerge en ese mundo tan diferente que era el universo del samurái, del asesino, del japonés. En el que la individualidad se dejaba aplastar por el bien común, donde los poderosos hacían y deshacían a su antojo, donde la corrupción campaba a sus anchas y la maldad atrapaba muchos hombres desesperados, y a hombre rectos que actuaban incorrectamente en nombre de un mal señor. El Japón medieval no ha sido nunca tan oscuro y asfixiante, con un ambiente duro, casi de supervivencia en medio de un páramo de egoísmo y miedos, de un país cuya alma siempre pendía del hilo de la guerra entre sus señores.
La nueva serie de Koike no es un clon, ni un calco, ni un homenaje a su predecesora, es algo diferente, otro sendero que tiene que recorrer su autor, esta vez con otro dibujante, Hideki Mori, en lugar de su compañero de toda la vida Goseki Kojima. Y por ello debemos despegarnos del recuerdo del viejo Lobo, dejar que las similitudes sean ecos lejanos, y que el nuevo camino guíe al lector en una nueva a ventura en un Japón medieval, duro y oscuro, donde los sentimientos se supeditan al honor y al deber, y a veces a las mas bajas pasiones.
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