El hombre que llevó al show de Dave Chappelle a la octava dimensión

El cómico Charlie Murphy, hermano mayor de Eddie Murphy, ha fallecido este miércoles a los 57 años de edad a consecuencia de la leucemia. Murphy deja tras de sí una polifacética carrera como guionista de cine y televisión, actor cinematográfico y cómico stand-up, marcada por un antes y un después: las Charlie Murphy’s True Hollywood Stories, dos sketches emitidos de manera consecutiva en la segunda temporada de El Show de Dave Chappelle, en 2004.

Ambos gags fueron los responsables de convertir en un verdadero fenómeno lo que hasta ese momento había sido un programa moderadamente exitoso, a terminar de consolidar la figura cómica de Chappelle y, en retrospectiva, a situarle a las puertas del abismo al entrar en una tremenda crisis creativa y personal que le llevó a rechazar la barbaridad de 55 millones de dólares por la renovación del show, por considerar que la brújula social que intentó introducir en el programa había perdido el rumbo.

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En medio de ese maremagnum, la maestría de los dos gags creados por Murphy, Chappelle y el director y coguionista Neal Brennan — a quien podéis ver protagonizando en Netflix un fantástico stand-up titulado 3 Mics — permanece indemne al paso del tiempo y de los cambios sociales, muy en parte porque son esencialmente un descojone.

Para quienes no los conozcáis, se trata de dos estrafalarias anécdotas de la vida personal de Murphy, fiestero declarado en sus años mozos, una afición que le llevó a cruzarse con dos artistas en particular: Rick James y Prince (interpretados ambos por Chappelle). El primero de ellos, emitido el 11 de febrero de 2004 y con intervención especial del verdadero Rick James, nos lleva por una absurda escalada de violencia entre Murphy y el cantante, violencia originada completamente por este último, presa en esos años del encocamiento padre. Dividido en tres secciones, el sketch nos sumerge en un mundo de patadas de kung-fu, anillos estampados en cráneos, sofás de terciopelo blanco embarrados por botas de vaquero y frases repetidas por doquier en cada universidad, instituto y colegio del país — “Fuck yo couch”, “darknesses”, “cocaine is a hell of a drug” –.

Pero el colosal impacto de las Charlie Murphy’s… no termina de entenderse sin el hecho de que el segundo y último sketch llegó una semana después, el 18 de febrero, sin tiempo apenas para que la audiencia se recompusiera y caracterizado por dar un paso más en la compresión del humor absurdo. Se trata de un — Murphy jura que es cierto — partido de baloncesto entre los colegas de Murphy contra Prince & The Revolution (quienes supuestamente jugaron con atuendos de concierto). La figura de Prince es mitificada hasta el extremo (aparece y desaparece entre una densa niebla), se le atribuyen habilidades superhumanas, entabla constantemente contacto visual con la cámara y juega constantemente con la idea de que Prince (como deja a las claras Murphy en su relato) tenía hechuras de estrella del basket.

Charlie Murphy – Prince from Neo Suki on Vimeo.

“Le puse a mi hermano el sketch de Rick James en casa, lo vio en silencio y, cuando acabó simplemente dijo: ‘Genial, pónmelo otra vez”, recordó Murphy años después. En otra breve retrospectiva de Rolling Stone, Brennan recuerda cómo Chappelle y él se inspiraron en el documentalista Errol Morris a la hora de crear estas piezas — “me recuerda cuando deja hablar a los entrevistados durante tanto tiempo que acaban soltándolo todo”, recordó Brennan –. Aquí os las dejamos para vuestro uso y disfrute, con un recuerdo para la figura de Murphy. Se le perdona por completo que escribiera Norbit.

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