Terence Winter y el poder de los guionistas

Por María Gil

Su nombre va unido a series que han cambiado la historia de la televisión – Los Soprano –, ganadoras de Globos de Oro – Boardwalk Empire – y películas firmadas por Scorsese – El lobo de Wall Street –. Terence Winter, guionista y showrunner, estuvo en Madrid para sentar cátedra sobre su máxima pasión, la escritura. Allí reivindicó el control creativo de los guionistas en la ficción, uno de los motivos, en su opinión, de la extraordinaria calidad de las series estadounidenses, “a menudo mejores que el cine”.

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En el evento organizado por el sindicato de guionistas ALMA, Winter repasó su trayectoria. Y es que antes de trabajar con David Chase, Martin Scorsese, Matthew Weiner o Mick Jagger, acumular cuatro premios Emmys y una nominación al Oscar a Mejor Guión Adaptado, empezó escribiendo episodios para Las nuevas aventuras de Flipper, Xena: La princesa guerrera o Cosas de hermanas.

Originario de Brooklyn, creció en un entorno obrero junto a las versiones reales de aquellos personajes que luego plasmaría en Los Soprano. A los 30 años dejó su carrera como abogado para mudarse a Los Ángeles, sin un solo contacto en la industria que ahora es su casa, para convertirse en un contador de historias. Un proceso en el que llegó a inventarse a un agente ficticio y fue aceptado al tercer intento en un programa para guionistas emergentes de la Warner Bros Television.

Allí le formularon una pregunta que aún utiliza en su writer’s room, donde se junta el equipo de guionistas a debatir: ¿Qué es lo más vergonzoso que te ha pasado? “Somos totalmente libres. Es como la sala de un terapeuta. Tiene que ser un lugar seguro, donde nadie juzgue. En el momento en el que cuentas algo y alguien dice ‘qué locura’ se acaba la creatividad. Muchos momentos locos y retorcidos de las series no vienen de la imaginación de un guionista, sino de su vida. Tenemos todas esas peculiaridades y se las podemos dar a un personaje”, reveló.

Considera sus ocho años en Los Soprano -donde escribió o coescribió 25 episodios- el lugar donde lo aprendió todo y le prepararon para afrontar su propia serie. “David [Chase] llegaba normalmente con una hoja de ruta muy larga y nos preguntábamos ‘¿Cómo vamos del punto A al punto B?’ Teníamos arcos para varios personajes y teníamos que conectarlos”, contó. Tras este primer paso de generar la historia como grupo, se repartían los episodios entre todos los guionistas y tenían dos semanas para entregar el primer borrador. Después les daban las anotaciones y correcciones y debían entregar el definitivo entre un par de días y una semana.

“Soy un fan de las fechas de entrega, los plazos. A veces me las impongo a mí mismo porque procrastino mucho. Ese tipo de amor duro es importante porque tenemos a todo el equipo de producción esperando”, reconoció Winter, que incidió en la importancia de que el guionista  supervise cómo llegan a la pantalla sus capítulos.

Solo dos límites en Los Soprano

“Era fácil escribir para Los Soprano porque era cómo si me estuvieran dictando los diálogos. Eran la gente de mi barrio, comprendía cómo eran y había vivido con ellos. Lo difícil fue saber qué diría un biólogo marino en Flipper”, afirmó Winter, que destacó que esta fue la primera vez que sintió que estaban utilizando un lenguaje realista en la ficción. –“Los actores nos decían que era muy difícil aprenderse los diálogos, pero la gente no se da cuenta de que no hablamos de forma estructurada. Normalmente cortamos frases, palabras, nos interrumpimos, mentimos…”–.

Para el estadounidense “la comedia más satisfactoria es la que viene de la realidad, del contexto. David [Chase] me pidió que dejara de escribir chistes porque los personajes en Los Soprano eran tan absurdos que ya eran cómicos de por sí. Ver a Tony leyendo una caja de cereales ya era divertido”. En este relato sobre el ocaso de las grandes familias mafiosas solo pusieron dos límites morales al personaje protagonista, “ni pegar a Carmela, ni maltratar a animales. Puedes matar a todos los tipos y las stripers que quieras, pero si hieres a un perrito la audiencia se vuelve en tu contra”.

El asesoramiento del FBI fue clave en la ficción y gracias a las escuchas que estos realizan se enteraron que los mafiosos eran fans de la serie y la comentaban todos los lunes. “Nos dijeron que en un episodio en el que Tony Soprano aparecía en pantalón corto habían asegurado que un jefe mafioso nunca iría así y entonces lo incorporamos a la serie y en otro capítulo posterior alguien le decía a Tony ‘he oído que has llevado pantalón corto”, relató Winter.

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El tándem Winter -Scorsese

Cuando era adolescente, Taxi Driver (1976), de Martin Scorsese, cambió la forma que tenía de percibir el cine –“la vi como veinte veces”- y tuvo la oportunidad de trabajar con su ídolo por primera vez en Boardwalk Empire, tándem que se repetiría en El lobo de Wall Street y Vinyl. Sobre el director de Uno de los nuestros asegura que es “muy respetuoso con los guionistas. Quiere que estés cerca y te pregunta continuamente el por qué de lo que aparece en el libreto”.

¿Y cuál fue la génesis de ese proyecto? “Me dieron un libro de la historia de Atlantic City y me preguntaron si de ahí se podía sacar una serie. Mi idea era leerme las veinte primeras páginas y decirles que no, pero entonces me dijeron ‘Martin Scorsese está interesado’ y además encontré a Nucky y supe que ahí estaba la historia”.

En el fragor de la ficción de HBO sobre los años de la prohibición y, justo cuando acababa de ser padre, le llegó el borrador del libro El lobo de Wall Street, de Jordan Belfort, en el que se basaba la cinta. “Acababa de tener un niño y estaba escribiendo sobre tíos que se iban de putas y se metían de todo. La primera versión la escribí en 19 días y seis meses antes del rodaje lo reescribí unas 30 veces”, rememora. Un proyecto para el que Warner les dio luz verde, hasta que los máximos responsables del estudio leyeron el guión y le dijeron que no podían producirlo porque tenía demasiado sexo y drogas. “Les dijimos que o se hacía realista o no tenía sentido” y finalmente fue Paramount quién compró los derechos a Warner y la sacó adelante.

Para dar forma al texto Winter se reunió con Belfort en varias ocasiones y le pidió que recreara una de las charlas motivacionales que impartía cuando aún trabajaba en las finanzas. “Me dijo que hacía doce años que no las hacía y que no le iba a salir, pero creo que estuvo nervioso como 30 segundos. Es un orador impresionante y el 50% de lo que grabé en esa charla está en la película”.

No aparten al guionista

En el encuentro celebrado en la Academia de Cine, el guionista no omitió los momentos difíciles. “Alguien me dijo ‘querrás dirigir cuando escribas algo que un director te destroce’. Eso me pasó con Jim Sheridan en Get Rich or Die Tryin’, la historia del rapero 50 Cent. El resultado final no tiene nada que ver con lo que ponía en el guión”, se lamentó Winter, que se desquitó dirigiendo un capítulo de Los Soprano. “A menudo leo guiones que son fantásticos y luego ves la película y piensas ‘¿Qué ha pasado?’ Pues lo que ha pasado es que el guionista fue apartado y el director no comprendía totalmente el guión y cambió la historia”, destacó.

Cómo tuvieron que tirar a la basura cinco guiones terminados y replantearse al completo una de las temporadas de Boardwalk Empire por la enfermedad del actor sobre el que iba a girar todo el arco de acción (Dabney Coleman); o la mala programación que, según el guionista, condenó a Vinyl, al estrenarse el día de San Valentín y justo cuando regresaba la nueva temporada de The Walking Dead, fueron otras de las anécdotas que desgranó ante el público. “Yo les dije ‘¿Qué hacéis? Y ellos me aseguraron que eran audiencias distintas. Yo les dije ‘no hay otra audiencia’. Tampoco avisaron que era un piloto de dos horas y los pocos espectadores que lo vieron estaban desconcertados a la hora, al ver que no acababa. Vinyl no era un desastre a nivel creativo, pero luchamos con una percepción negativa toda la temporada. Y yo no paraba de repetir ‘no has oído que sea mala, has oído que nadie la vio’. En la segunda temporada querían que hiciera cambios creativos que no estaba dispuesto a hacer y que echara a todos mis guionistas. Me fui de Vinyl, pero sigo trabajando con HBO en un proyecto sobre la narcotraficante Griselda Blanco”, explicó.

Vinyl, la serie de HBO sobre la industria de la música en el Nueva York de los 70, que Winter creó junto a Mick Jagger, Martin Scorsese y Rich Cohen, fue cancelada tras los malos resultados de su primera tanda de episodios. “Tuve problemas con el tratamiento a las mujeres y a los afroamericanos. Les dije que no iba a reescribir la historia, que los años 70 fueron así y cambiarlos es insultar a la gente que lo sufrió. Hubo un momento que les pregunté: ¿Qué os ha pasado? ¡Esta es la cadena que trajo Los Soprano!”, confesó Winter sobre los debates creativos que hubo torno a este título.

Identificado muchas veces como “el guionista de los gánsters”, el estadounidense desveló qué historias son las que le interesan: “Me gusta la vida de los emprendedores. Explicar cómo la gente ha llegado a ser lo que es desde la nada. Los gánsters al final son eso”. Y en esta definición entran los protagonistas de sus proyectos anteriores, pero también de los futuros, como un biopic de Andy Warhol, que protagonizará Jared Leto, o la historia de la estrella de la NBA Lebron James, que respalda junto a su esposa, la productora Rachel Winter, responsable de Dallas Buyers Club.

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