Cómo sucedió el pirateo televisivo de abril

Las series pendientes de estreno que el grupo de piratas informáticos Dark Overlord volcó en Internet el pasado mes de abril fueron extraídas de los servidores de una pequeña empresa familiar de postproducción a cuyos dueños chantajearon desde las pasadas navidades por cantidades aproximadas de 50.000 dólares y decidieron “castigar” de todos modos tras conocer que se habían puesto en contacto con el FBI, según han reconocido los propios responsables de la compañía afectada a Variety.

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La compañía afectada se trataba de Larson Studios, dirigida por el matrimonio formado por Rick y Jill Larson, quienes comenzaron a recibir el pasado mes de diciembre una serie de enigmáticos mensajes y correos electrónicos que ignoraron durante días hasta que finalmente descubrieron su verdadera naturaleza: el aviso de que habían robado todo el material que contenían sus servidores, antes de borrarlos.

Mensajes como “¿Por qué me ignoras? Abre el correo, tu vida va a cambiar”, en palabras del matrimonio Larson, que llevaron al director de los sistemas digitales del estudio, Chris Unthank, a verificar el estado de los servidores, solo para descubrir la completa eliminación de su contenido. “Mis manos comenzaron a temblar nada más echar un vistazo al servidor. Casi vomito”, confiesa Unthank a Variety, mientras el ingeniero jefe del estudio David Dondorf, se ponía inmediatamente en contacto con el FBI.

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Tras unos días de investigación — realizada desde el seno de la compañía porque el FBI “se encontraba un poco abrumado por el caso”, según Jill Larson –, la compañía descubrió que los hackers habían accedido a los servidores a través de un ordenador en especial, que corría bajo el sistema operativo Windows 7. “Sospecho que estaban rastreando la red en busca de ordenadores vulnerables y nos tocó a nosotros”, sospecha Dondorf. “Antes habían atacado a Gorilla Glue, una organización de caridad infantil”.

Durante enero y febrero, la pequeña compañía decidió pagar. 50.000 dólares en moneda BitCoin a través de 19 transacciones para aplacar el chantaje del grupo. Dark Overlord acabó reconociendo los pagos y dejó a los Larson en paz, hasta que varios estudios se pusieron en contacto con la pequeña casa de postproducción para verificar el estado de su contenido y por temor a filtraciones. En el momento en que los estudios comenzaron a preguntar, la información del robo se extendió como el fuego en el bosque. Cuando comenzaron a aparecer las primeras noticias, el grupo acusó a los Larson de romper el pacto de silencio que habían acordado y divulgaron las series en abril.

“Hemos pasado seis meses viviendo y muriendo por esta situación”, explica Larson. Mucho sueño perdido y mucho aprender. Hemos aprendido más de lo que jamás hubiéramos querido”, reconoce Rick Larson, quien asegura que su compañía ha realizado de un tiempo a esta parte una cuantiosa inversión en seguridad informática y ha cambiado su protocolo de trabajo, por el que ahora separa el audio y el vídeo de cada episodio.

Dark Overlord aprovecharía esta filtración para chantajear a Disney con el supuesto robo de Piratas del Caribe 5, pero fue una amenaza falsa.

La compañía lucha ahora por intentar preservar lo que queda de reputación a sabiendas de que “nunca vas a dejar atrás un episodio así”, según Rick Larson. “Ahora, nos han salido un par de cosas bastante buenas para el futuro. Es posible que la luz al final del túnel no sea un tren”.

Aquí tenéis el artículo completo, con más citas, cifras y detalles, en Variety

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