‘Ya no me siento a gusto en este mundo’ – Shurikens, recortadas y ancianitas

Ya no me siento a gusto en este mundo

Una mujer debe limpiar cacas de perros ajenos en su jardín cada día. Siempre se le cuelan en la cola del supermercado. No tiene marido, ni hijos, ni mascotas, y su única amiga no le hace demasiado caso. Su vida apesta. O eso piensa ella. Cuando alguien entra a su casa y le roba, la gota colma el vaso y se decide. Atrapará al ladrón a cualquier precio.

Con esta premisa la película prima de Macon Blair Ya no me siento a gusto en este mundo sorprendió a muchos al alzarse con el Gran Premio del Jurado como Mejor película en el pasado festival de cine independiente de Sundance.

Tras los minutos primeros la cinta torna en thriller con grandes dosis de comedia negra del tipo abuelitas moribundas hablando sobre penes de hombres negros o niñas pequeñas traumatizadas al descubrir la muerte. Es decir, humor arriesgado, del que lo mismo gusta, ofenda o disgusta. Durante todo el metraje se mantiene una selección óptima de canciones para la banda sonora, acorde con el espíritu gamberro del conjunto.

Ya no me siento a gusto en este mundo Elijah Wood

En todo momento Ya no me siento a gusto en este mundo bordea con peligrosidad la fina línea de la parodia absurda pero evita con tiento no caer del otro lado. Prepondera su ambiente turbio por instantes, realista pese a lo inadmisible de algunos escenarios planteados.

La trama muestra algunos giros inesperados que añaden interés y diversión a lo mostrado, si bien es cierto que cuenta con un ritmo desigual. Las mejores partes se condensan en un inicio muy prometedor y un final tan abrupto en sus formas como suficiente en relación al resto de la película. En este sandwich cinematográfico el apartado intermedio, al que con mayor ahínco debe aportarse jugo, queda desganado, ya visto antes y alejado de la provocación rompedora.

Por otro lado las posibles implicaciones (¿pseudo?) existenciales que se adivinan en el título y en los primeros minutos se pierden pronto. Incluso desde un punto de vista sarcástico, negro o sardónico. Nos olvidamos de los problemas vitales de la protagonista en beneficio de una trama para cazar al ratón o ser atrapado por el gato. Los aspectos relevantes mutan en mundanos, minucias del ahora, con hilos narrativos sueltos y simples, y motivaciones opacas para algunos de los personajes.

Ya no me siento a gusto en este mundo Elijah Wood Melanie Lynskey

En el apartado interpretativo descubrimos a Melanie Lynskey. La protagonista de Criaturas celestiales (1994) junto a Kate Winslet, Hojas de hierba (2009) con Edward Norton, Hello I must be going (2012) o Rainbow time (2016) firma una interpretación impecable debido a una naturalidad compleja y nada desdeñable debido a su aire naíf y alejado de lo impostado. Incluso adivino cierto toque a lo Bridget Jones, esa clase media-baja de Estados Unidos disconforme con su vida y su entorno.

Elijah Wood en cambio luce apacible e incluso desdibujado, no logra fijar su personaje a nada sólido. Lo cual resulta todavía más problemático en tanto interpreta a un joven solitario, extravagante, de principios particulares, algo alocado e intrépido. Contaba con facilidades para demostrar mejores tablas. ¿Soy el único que piensa en los antagonistas de Solo en casa al ver a los ‘malos’ de esta película?

Ya no me siento a gusto en este mundo Melanie Lynskey

Por lo demás Ya no me siento a gusto en este mundo supone un trabajo aceptable, más teniendo en cuenta que se trata de la primera vez que el realizador Macon Blair se sitúa ante un reto de esta envergadura. Su fotografía profesional le suma puntos y en definitiva aporta una propuesta interesante en su intencionalidad, distinta en su resultado en relación a lo que podemos ver en la cartelera en estos días. Eso sí, cuenta con aspectos deficientes que lastran lo que puedo haber sido una película rompedora, graciosa (mucho más) y modélica.

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