[Reseñas] Wonder Woman núm. 12

Una vez comenzada una nueva etapa con cambio de equipo creativo y modificaciones en el uniforme posteriores a la llegada de “Convergencia”, “Wonder Woman” sigue evolucionando y dando forma a la mitología del personaje mientras la llegada de nuevos personajes sirven para trastocar el ya complicado día a día de Diana. La consagración de la reina de las amazonas como tal después de ser capaz de sobreponerse a un intento de rebelión y al asesinato de los hermanos de las amazonas a manos de Donna Troy y las sublevadas, solo es el principio de esta nueva etapa.

Ahora que Donna está recibiendo su castigo por lo que ha hecho, sobre todo moralmente, Diana se dispone a seguir con su vida hasta que una serie de desafortunados incidentes la hacen ponerse a buscar no solo a su hermana desaparecida sino también a un aspirante a dios que se ha propuesto acabar con ella. Egeo, que así se hace llamar su cazador, aspira a ser el nuevo dios de la guerra y para conseguirlo debe sesgar la vida de Wonder Woman, sea como sea. Su aparición es todavía un misterio y no es en este volumen cuando van a resolverse las mayores dudas, aunque quizás Discordia tenga algo que decir al respecto.

El matrimonio Finch continúa cargando con el peso que supone un listón tan alto como el que dejaron Azzarello y Chiang en la anterior etapa y lo hacen manteniendo el tipo, consiguiendo estar a la altura de las circunstancias sin que la calidad de las historias decaiga considerablemente. Al menos por ahora.

En un tomo algo más corto de lo habitual, ya que se ha optado por incluir un número menos sin que esté claro el motivo de esa decisión (esta historia termina dentro de dos números y a partir de ahí nos encontramos con algún número suelto y otros arcos hasta Rebirth), un nuevo desafío se presenta ante la amazona. Egeo tiene una misión clara y los Finch han vuelto al redil en cuanto a los temas del Olimpo y las amazonas dejando claro que la introducción de la Liga de la Justicia en el primer número de su etapa solo fue para marcar una línea más gruesa con la que diferenciarse de la anterior.

En esta nueva trama se plantean un par de problemas nuevos, al menos uno de ellos vinculado con los números anteriores de la cabecera. La idea es la de recuperar la esencia de la etapa anterior aunque con capacidad suficiente para diferenciarse de ella y despuntar por sí sola, pese a la enorme relación entre ambas. Los Finch elaboran un conflicto interno y otro problema externo para volver a agitar el Olimpo, aunque todo está todavía muy verde como para valorar si conseguirá el efecto deseado. El hecho de que en la etapa anterior tuviéramos una gran trama a lo largo de meses y meses, años realmente, y que en esta apenas nos duren tres o cuatro números sin conseguir ese mismo desarrollo argumental es algo que se echa de menos. Por supuesto tiene sus pros y sus contras, pero desde que llegaron los Finch las tramas casi parecen autoconclusivas y episódicas, si bien hay algunos nexos de unión entre ellas. No es que esto le reste calidad a la obra pero sí que puede suponer un pequeño contratiempo para aquellos que vieron con buenos ojos lo que hicieron Azzarello y Chiang tiempo atrás.

De momento, los nuevos personajes se han reducido principalmente a la ya presentada Donna Troy y el misterioso Egeo, aunque cierta vagabunda londinense va a tener algo que decir al respecto. El hecho de introducir nuevos personajes poco a poco le da nuevos matices a la historia y hace que no todo tenga que producirse a manos de los ya presentados aportando algo de variedad.

Artísticamente, a excepción del desastroso número 42 dibujado por Ian Churchill, vuelve a deslumbrarnos con el estilo de David Finch. Las amazonas son atractivas hasta el punto de parecer sacadas de un catálogo y aún así, quizás por el hecho de ataviarlas con nuevas y relucientes armaduras, poderosas. En números anteriores no se consiguió un equilibrio entre estas facetas y despuntaba más la primera que la segunda, pero ahora Finch parece haber entendido algo mejor las características físicas de Wonder Woman. O tal vez sea casualidad. La composición es ágil y dinámica y el ritmo de la narración es fluido, creando una simbiosis perfecta entre guión y dibujo. No es que sea una sorpresa esta compenetración, al fin y al cabo los dos autores están casados.

Como nuevo capítulo en la historia de Wonder Woman sirve para asentar las bases de lo que vendrá después. Unas bases que plantean un par de problemas y siembran dudas para el futuro de los personajes. La serie ya no es lo que era, no vamos a engañarnos, pero los Finch han sabido estar a la altura de las circunstancias y por el momento están haciendo un trabajo más que decente, con buenos dibujos y un argumento tal vez con menos complicaciones, pero entretenido al fin y al cabo.

Escrito por Javi Garcia en Blog de Superhéroes. Si no estás leyendo esto en Blog de Superhéroes, el artículo original lo encontrarás aquí …http://blogdesuperheroes.es/resenas-wonder-woman-num-12.