Movimiento en Lucasfilm tras ‘Han Solo’: paralizado el desarrollo de los spin-offs de ‘Star Wars’

Buenas noticias para el futuro de Star Wars. Según avanza Collider en una exclusiva –es una bomba bastante gorda, pero de un tiempo a esta parte han sido los primeros en dar a conocer noticias con fiabilidad–, Lucasfilm ha decidido poner en modo parada el desarrollo de los spin-offs de la saga englobados dentro del sello Una historia de Star Wars.

La noticia no sorprende a la vista de los números que la última entrega de esta subdivisión, la aventura en solitario de Han Solo, ha cosechado en taquilla. Unos números que para cualquier blockbuster serían sinónimo de alegría, cruzando ya la barrera de los 300 millones mundiales –por poner las cosas en perspectiva, con esos mismos números J.J. Abrams relanzó Star Trek en 2009–, pero una absoluta puñalada para una saga que desde su instalación bajo el mandato de Disney nunca había bajado de los 1000 millones.

Aunque no llegase a la recaudación del anterior spin-off, Rogue One (1300 millones), todo esto habría podido colar de no ser por el hecho de que tras el despido de los directores originales, Phil Lord y Christopher Miller, y la entrada de Ron Howard como su sustituto, el presupuesto se catapultó hasta los 275 millones de dólares; una cifra demencial que unida a los gastos de marketing imposibilitaba que la película fuese a ser rentable y que va a convertir a Han Solo: Una historia de Star Wars en la primera película de la saga en generar pérdidas durante su carrera comercial (luego puede que amortigüen gracias a las ventas en formato doméstico). Según THR, Disney va a perder en torno a 50-80 millones con esta producción y esto ha generado un efecto dominó con el que se han replanteado si la gente tiene verdadero interés en estas precuelas contando la vida pasada de personajes ya conocidos.

¿Quién va a sufrir las represalias? Pues según lo que adelanta Collider, los spin-offs de Obi-Wan Kenobi y el recientemente comentado sobre el cazarrecompensas Boba Fett han dejado de ser una prioridad para el estudio y las personas involucradas en ellos –el director Stephen Daldry y el actor Ewan McGregor en el caso del primero y el director James Mangold y el guionista Simon Kinberg en el caso del segundo: aunque para no pillarse los dedos, Disney nunca los llegó a oficializar– ya no trabajan activamente en su desarrollo.

Se quedan: J.J. Abrams, a punto de comenzar a rodar este verano el Episodio IX de la trilogía que iniciase en 2015 con El despertar de la Fuerza, y los directores designados para realizar trilogías con un arco argumental que garantice más entregas de la saga de la saga de aquí al futuro. Es decir, estabilidad con más secuelas, no películas sueltas con las que no saben qué puede ocurrir.

Los nombres involucrados en las trilogías son Rian Johnson, director de Los últimos Jedi, y David Benioff y D.B. Weiss, responsables de la serie Juego de Tronos. Estos realizados tienen el compromiso de lanzar nuevas historias con personajes completamente nuevos y diferentes a lo visto hasta ahora, así que, sobre el papel, independientemente de las filias que se tengan hacia sus trabajos previos, son buenas noticias relativamente.

Esta decisión implica un enfoque que debería haber sido el prioritario desde que se anunciase el renacer de la saga en esta nueva era: otras tramas, personajes y planetas nunca antes explorados; aprovechar todas las posibilidades que ofrece el inmenso universo creado por George Lucas ofreciendo algo diferente y no cayendo en la trampa de la nostalgia volviendo a lugares comunes y rebozándose en la imagen de iconos vistos hasta la saciedad, como si solo viviesen cuatro linajes familiares en toda la galaxia.

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