El tráiler dice ‘Spider-Man Homecoming’. El póster dice ‘Iron Man 4’

Pero el nuevo tráiler que Sony ha publicado hace un par de horas es, afortunadamente, es “nuestro amigo y vecino Spider-Man” todo el rato. Creo que lo han clavado bastante en este sentido. Y el tema más claro no puede quedar: la primera incursión en solitario del nuevo Spidey de Marvel/Sony, con el rostro de Tom Holland y la dirección de Jon Watts, nos presenta a un chavalín deseoso de explotar sus poderes al máximo, así como el fantástico traje diseñado por su mentor, Tony Stark, sin tener demasiado en cuenta la destrucción que acaba generando involuntariamente a su alrededor.

Puede interpretarse como una prolongación de la narrativa abierta en Civil War: la relación que existe entre las buenas intenciones y los daños colaterales, así como de otra existente en Iron Man en todo lo que rodea a los dos uniformes de Spider-Man (si habéis visto tráilers previos, en especial el anterior, sabréis de lo que estoy hablando), el primero ultramoderno, el segundo casero y humanizado: ¿es el traje el que hace al hombre, o es el hombre el que marca el traje?

Van además dos nuevos pósters de la película, el primero con una marcadísima presencia de Iron Man (sale hasta Happy), y una marcadísima presencia de alcohol (Nueva York y Washington aparecen al lado, Zendaya es un fantasma, de dónde salen esas chispas, a dónde va Iron Man, fuego random, puedes meter a más gente, por favor, parece un poco vacío, etc…).

El segundo ya como que más normal. Si exceptuamos a Iron Pegote. Pero más normal.

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