CRÍTICA DOCUMENTAL “BIGAS X BIGAS”: TAN POCO INTERESANTE COMO CUANDO LOS AMIGOS TE INVITAN A VER EL VÍDEO DE SU BODA O DE SUS ÚLTIMAS VACACIONES

Después de lo defraudado que me fui el año pasado del Festival de Cine de San Sebastián con la poca calidad artística de algunas películas españolas programadas en su sección oficial como “Lejos del mar”, de Imanol Uribe, estaba muy satisfecho este año con los buenos trabajos de “El hombre de las mil caras”, “Que Dios nos perdone” y “María (y los demás), hasta que ayer me decepcionaron profundamente “Colossal”, de Vigalondo, idea original pero desarrollo y desenlace fallido, de la que hablaremos profundamente otro día con más tiempo; y el documental “Bigas x Bigas“, en el que se suponen que se recogen las imágenes más interesantes que el propio Bigas Luna grabó en un periodo de tiempo de 20 años a modo de vídeo-diario.

En resumen, salvo las imágenes nunca vistas de los cástings de Leonor Watling, Silvia Abascal y Candela Peña para la película “Son de mar” y el de Verónica Echegui para “Yo soy la Juani”, que ocupan menos de 5 minutos, el resto de los 83 minutos de este documental son poco o nada interesantes convirtiéndose en una de esas tardes tediosas en que una pareja amiga te invita a ver las fotos y vídeos de su boda o de su último viaje. ¿Qué tiene de interesante ver a Bigas Luna preguntando a un señor mayor “de pueblo” si su vecino le alquilaría un pequeña parte de sus tierras para plantar un huerto? ¿O ver a Bigas Luna y su mujer cómo siembran en el mismo? ¿O ver a su familia en una cena de Navidad? Todo esto provocó que una parte del público asistente abandonara la sala del Teatro Principal mucho antes de que terminara la proyección de la cinta. Por intentar destacar algo más de este tedioso documental podríamos citar las imágenes sobre las obsesiones y simbologías en la filmografía del director catalán como las mujeres “entradas en carne”, por los pechos de las mujeres, por la leche, los ajos o las moscas.

Javier Bardem es el coproductor de este documental y se nota porque parece que no ha querido que se vean imágenes de sus comienzos, ni tampoco de su ahora esposa, Penélope Cruz, ella sólo aparece unos segundos en el documental y él en sólo una escena de la película “Jamón, jamón” para reflejar la obsesión que tenía el director vasco por el ajo que, como él mismo reflejaba en sus grabaciones, llegaba a comerse 15 ajos al día.

Nota El Blog de Cine Español: 2.

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